Hábitos saludables y esperanza de vida

Parte I: un poco de mi metodología en consulta.

Me acerco a las 10.000 consultas presenciales, y esto deja huella. Como Dietista-Nutricionista, imagino que he debido sufrir una metamorfosis similar a la de otros colegas. De un enfoque inicial centrado en el diseño de una dieta mirada al milímetro, estudiando por qué debía ir algunos alimentos y no otros en el protocolo que entregaba, a trabajar en la composición de la dieta basada en una distribución determinada de macronutrientes (más/menos alta en proteínas, grasas, hidratos…), siendo bastante más laxo en los alimentos concretos, a día de hoy, en el que me encuentro trabajando pensando en hábitos, intentando inducir a mis pacientes a un estilo de vida saludable, que incluya una determinada alimentación, actividad física y prestando atención a aspectos como el descanso, la salud mental, la gestión del tiempo libre, etc…

Los pacientes que acuden a mi consulta, y aun no me conocen, muchos han pasado por este blog, me consta. Este post es una buena oportunidad para saber de antemano que servicio podré ofrecerte en consulta.

Básicamente, despierta todo mi interés personas con sobrepeso/obesidad, interesadas en cambiar su estilo de vida, comenzando con el pilar básico en el que nos asentamos los seres humanos, lo que comemos. Ingerimos alimentos varias veces al día, durante todos los días de nuestra vida, imagina el alcance que tiene decidir que comemos o no…, lo que introducimos por la boca llega a todo el organismo, el destino final de lo que comemos es nuestra unidad más “básica”, las células, y no habrá marcha atrás, a partir de ahí el resto de órganos y tejidos diana, se nutrirán de la calidad o no de lo que hemos comido. Estoy de acuerdo en que “NO somos lo que comemos”, pero sí en que “dime que comes y te diré quien eres, por dentro”. Si nuestra dieta se basa en comida basura y procesada, ya sabes que somos por dentro…

Lo mismo sucede con otros hábitos, como son la actividad física, fumar/no hacerlo, frecuencia de beber alcohol/no hacerlo, farmacología crónica/no tenerla…. etc.

La intervención que hago en consulta es un humilde intento, con el paso del tiempo, de acabar influyendo en todo el abanico de cuestiones que afectan a la salud. Esto requiere de tiempo, de mucho tiempo y de una conciencia por parte del paciente desde el inicio.

¿Qué ha pasado que me importa cero que un paciente no pierda peso en semanas puntuales? Mi viraje hacia un estilo de vida saludable, centrado en hábitos, y no en un absurdo número que nos dice una báscula. Y esto ha sido provocado por el acceso a información. Esto da entrada a la segunda parte del post.

Parte II: estilo de vida y años de vida.

El estilo de vida poco saludable (recuerda, alimentación, actividad física, tabaco, alcohol..) va a ser responsable de que vivamos entre 7 a 20 años menos, debido a 3 grandes patologías: cáncer (link), enfermedad cardiovascular (link) o diabetes (link). ¿Quién no conoce un buen puñado de personas que no han fallecido de forma prematura por alguna de estas 3 patologías?… piénsalo.

Cuando observo en consulta que mis pacientes al cabo de 6 meses mejoran en el perfil lipídico, glucemia o que disminuyen la circunferencia de cintura, por citar algunos ejemplos, pienso, literalmente hablando, que están comprando años de vida. Si miras con detalle algunos datos que nos ofrece la epidemiología, da miedo, nuestro estilo de vida va a marcar que vivamos hasta 20 años menos, casi nada.

En lo que respecta a lo que pondera la calidad de la dieta en nuestra esperanza de vida, se estima que puede llegar a reducir la esperanza de vida en 17.9 años (link). Lo que comemos, puede acortarnos la vida cerca de 18 años. Insisto. Por ende, ¿creéis que perder peso una semana o no, me importa algo?. Centrarnos en el grado de adherencia a la dieta por parte del paciente, puede garantizarnos un recorrido en el tratamiento dietético en consulta durante mas tiempo y en consecuencia, mayor probabilidad de consolidar determinados hábitos.

Para estimar la esperanza de vida una vez cumplidos los 50 años, el equipo de Yanping Li et al., han publicado un magnífico estudio (link), en el que han diferenciado entre haber sufrido a esta cita o no, cáncer, enfermedad cardiovascular o diabates. Veamos la gráfica que publican:

En el eje horizontal tenemos el número de factores de riesgo e incluyen: no haber fumado nunca, practicar ejercicio ≥3.5 horas / semana de actividad de intensidad moderada a intensa, alta calidad de la dieta, consumo moderado de alcohol, y estar en normopeso (IMC<25). Las estimaciones de las razones de riesgo ajustadas multivariadas (específicas del sexo) para la morbilidad y mortalidad asociadas con estilos de vida de bajo riesgo en comparación con las personas con cero factores de estilo de vida de bajo riesgo ajustados por edad, origen étnico, uso actual de multivitaminas, uso actual de aspirina, antecedentes familiares de diabetes, infarto de miocardio, o cáncer, y estado menopáusico y uso de hormonas (solo mujeres).

Para personas libres de cáncer, enfermedad cardiovascular o diabetes cumplidos los 50, la esperanza de vida total aumentó con el número creciente de factores de estilo de vida de bajo riesgo: de 31.7 años a 41.1 años en mujeres y de 31.3 años a 39.4 años en hombres. El primer dato que me llama la atención, es que los hombres, pueden tener la misma esperanza de vida que las mujeres. ¿Mueren los hombres antes que las mujeres por sus peores hábitos? piénselo.

A los 50 años, la esperanza de vida libre de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes fue de 23.7 (intervalo de confianza del 95%: 22.6 a 24.7), 26.4 (25.2 a 27.4), 29.1 (28.0 a 30.0), 31.8 (30.8 a 32.8) y 34.4 (33.1 a 35.5) años entre las mujeres que adoptaron cero, uno, dos, tres y cuatro o cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo, respectivamente. La esperanza de vida libre de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes a los 50 años fue de 23.5 (22.3 a 24.7), 24.8 (23.5 a 26.0), 26.7 (25.3 a 27.9), 28.4 (26.9 a 29.7) y 31.1 (29.5 a 32.5) años entre los hombres que adoptaron cero, uno, dos, tres y cuatro o cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo, respectivamente (tabla 2). El porcentaje de esperanza de vida libre de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes de la esperanza de vida total fue del 74.8%, 77.6%, 80.1%, 82.2% y 83.6% entre las mujeres (75.3%, 75.8%, 76.8%, 77.9%, y 79.0% entre los hombres) que adoptaron cero, uno, dos, tres y cuatro o cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo, respectivamente.

El nutricionista en consulta, en teoría, va a intentar ayudar en 2 de los 5 factores de estilo de vida mencionado: la calidad de la dieta y estar o no en normopeso. Pero no debemos quedarnos aquí. Sanitario y paciente deben conocer esta información, valorarla y decidir o no, hasta dónde estamos dispuestos a llegar con el paso del tiempo, incluyendo una intervención global en la actividad física, consumo de alcohol y tabaco. Sobre el nutricionista recae una labor importante, el 40%! pondera nuestra actividad en hábitos-esperanza de vida.

¿Seguimos pensando que perder peso todas las semanas es lo importante?

Abrazo amigos.

 

 

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