Alberto Garzón, la industria cárnica y el atractivo de los desamparados.

Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo” (1 Samuel 17:44-46).

Alberto Garzón es de nuevo noticia. El pasado 26 de diciembre, el ministro de consumo, concedía una entrevista en The Guardian, que el medio titulaba “Los españoles deberían comer menos carne para limitar la crisis climática“. No es la primera vez que Alberto Garzón se posiciona en torno al consumo de carne. Aunque han pasado varios días, ha sido hoy, 5 de enero, cuando la prensa en España se ha hecho eco de esta entrevista y casi la práctica totalidad de programas de televisión en forma de tertulia, telediario o prensa escrita, han opinado al respecto.

La oposición, PP, VOX y Ciudadanos, han pedido desde una rectificación a su cabeza.

Tras leer detenidamente, dos veces, la entrevista de forma íntegra, me pregunto si los presidentes autonómicos, que no han tardado en posicionarse en las redes sociales en contra del ministro, o bien sus asesores, se han parado a leer el artículo.

Creo que el error que comete Garzón es seguir defendiendo esta tesis bajo el postulado del cambio climático. Traduzco, literalmente algunas de sus respuestas en este sentido.

Si no actuamos, no será solo el cambio climático con el que nos enfrentaremos, será la triple crisis: la pérdida de biodiversidad; la contaminación y el cambio climático“.

Sería el final para un país como España. España es un país de la cuenca mediterránea, no es Reino Unido ni Alemania, y la desertificación es un problema muy grave para nuestro país, sobre todo porque depende mucho del turismo. Visitar un desierto no es tan atractivo como visitar la Costa del Sol“.

“… lo que no es en absoluto sostenible son las llamadas mega-granjas … Encuentran un pueblo en un pedacito despoblado de España y ponen 4.000, 5.000 o 10.000 cabezas de ganado. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados“.

El debate de las macrogranjas se está produciendo a nivel global. Pero cuando el foco lo ponemos en torno al cambio climático, todo tiende a difuminarse. Normalmente, bajo el prisma de la urgencia del clima, nos encontramos con una realidad económica de frente, sea en el terreno que sea. Puestos de trabajo en peligro, modelos productivos, todo el mundo quiere tener este debate, pero mejor postergar las decisiones para otro momento. Esto es lo que le ha pasado a Garzón, ni más ni menos.

Veamos sin embargo, que ocurre cuando el enfoque lo hacemos en torno a la salud pública y nutricional. La salud de las personas puede verse afectada, aquí y ahora, y mucha gente esto le hace pensar. Dice Alberto, también en esta misma entrevista:

El español promedio come más de 1 kg de carne a la semana, aunque la agencia de alimentación del país recomienda que la gente coma entre 200 gy 500 g, y que España come más carne que cualquier otro país de la UE, sacrificando 70 millones de cerdos, vacas, ovejas, cabras, caballos. y aves cada año para producir 7,6 millones de toneladas de carne“.

La ganadería extensiva es un medio de ganadería ambientalmente sostenible y que tiene mucho peso en partes de España como Asturias, partes de Castilla y León, Andalucía y Extremadura“.

Sabíamos desde el principio que el tema sería controvertido, pero era necesario hacerlo”, dijo. “Otros países, como Alemania, Reino Unido y Francia, están muy por delante de nosotros en esto. Esta fue la primera vez en España que alguien en el gobierno decía lo que los científicos han estado diciendo durante mucho tiempo“.

Hasta aquí los puntos más polémicos de la entrevista. Juzguen ustedes.

Acabo de llegar a casa tras una semana en Hervás. Hemos podido recorrer el norte de Extremadura y sur de Salamanca, Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia… una maravilla. No sé las veces que hemos comentado mientras hacíamos una ruta por el monte lo que nos ha sorprendido ver animales en libertad, pastando en espacios amplísimos. Hemos probado todos los quesos que se podían, siempre, elaborados en la zona a la que íbamos. Este modelo de ganadería extensiva, además de ser ambientalmente sostenible, es un motor económico del país.

El debate sobre la sostenibilidad ambiental de las macrogranjas se tiene en Europa desde hace décadas. Recuerdo haber estado en Holanda cuando todavía tenía que cambiar de pesetas a florines para poder viajar y este debate ya existía. Y también, por supuesto, existe la duda sobre la viabilidad de la existencia de este modelo de negocio basado en la explotación animal. Basta con viajar y estar atento a algunas cuestiones y darse cuenta de que, efectivamente, hay países más adelantados. Pero vamos avanzando. Y que esto sea noticia es un ejemplo de ello.

El debate sobre las estructuras ganaderas/agrícolas y el futuro de la ganadería/agricultura a pequeña escala es de enorme relevancia.

La ganadería intensiva es un fenómeno relativamente reciente. Hay que irse casi a pleno siglo XX para presenciar un boom en este campo. La tecnología y la necesidad de alimentar a cada vez un mayor número de personas, unido al desarrollo de algunos países, hasta hace poco tiempo, poco desarrollados, en jugadores de primera línea, han creado el caldo de cultivo necesario para la ganadería intensiva se haya convertido en un modelo que genera enorme controversia.

La realidad, y aquí es dónde creo que Garzón debe enfocar el debate, es que nuestros vecinos europeos, y en la misma Unión Europea, este asunto es de actualidad. Daña a la imagen del país, resta credibilidad y nos hace parecer poco avanzados. En junio de 2021, la Comisión Europea anunció el plan de prohibición de jaulas para varios animales, incluidas gallinas ponedoras, cerdas reproductoras, terneros criados para ternera, conejos, patos y gansos, para 2027. No hablamos de las consecuencias del cambio climático. Son leyes y vamos a tener que cumplirlas, muy pronto.

No debe caer Alberto Garzón en la tentación de pelear en el cuerpo a cuerpo con la industria cárnica. David venció a Goliat haciendo imponer sus virtudes sobre las de su adversario. Goliat lo hubiera devorado en un cara a cara. La sensibilidad, la información contrastada y la paciencia, pueden ser armas muy poderosas.

Alberto Garzón y la industria cárnica, y el atractivo de los desamparados.

 

 

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